Entonces el volteo y observo aquel paisaje,lo hizo detenidamente justo en medio de la calle , con el pavimento recién mojado.El solo pudo parpadear una y otra vez mientras seguía observando aquella imagen,fue en ese momento cuando su semblante paso de aquel gesto perdido, al de aquel que ve alejarse a la persona que tanto quiso.
En medio de la calle estaba, observando las hierbas de aquellos lotes baldíos, y tal cual caudal en la represa, todo volvió a su mente, fluía ligero y constante mientras sus labios se separaban lentamente.
Era una tarde fría y lluviosa del mes de julio de aquel año. La decisión de cambiarse de casa había sido tomada recién 1 mes atrás y sin embargo en ese momento le resultaba tan pesado cada ves dar el siguiente paso. Su corazón latia lento pero podía sentirse con tan solo poner ligeramente su mano en el pecho.
La mudanza había corrido a mano de el y de sus amigos, quienes le habían dado el apoyo suficiente para dar ese gran paso. Una semana paso para ir sacando uno a uno los muebles de aquella morada, entre bromas, palmadas de hombros y cervezas. Incluso se había reencontrado con una vieja amiga,con la cual encontró el soporte definitivo para dicho momento.
La ultima noche que paso en aquella casa, fue acompañado de todos sus amigos, pero curiosamente el se sentía mas solo que nunca. La mitad de la noche se dedico a ver el techo de su habitación y a recorrer el patio trasero donde se sentó en una jardinera y miro hacia las estrellas. También recordó viejos cumpleaños y el momento cuando llego por primera vez a ese lugar.
Finalmente vencido por el sueño decidió ir a su cuarto.
A la mañana siguiente los preparativos para la mudanza final fueron rápidos. Así fue como llego el momento de salir y cerrar con llave el portón. Sus amigos se le adelantaron para el recibimiento en su nuevo departamento.Al ultimo momento el escucho algo.
Eran ladridos, los ladridos de sus dos perros que se habían quedado en su casa. Así que regreso al portón, o abrió y se dirigió al patio. Sus dos perros lo miraban como si supieran que el partiría para no volver y que ellos no volverían a escuchar nada en ese hogar mas que el sonido de las hojas que caen de los arboles y de la lluvia en días fríos.
El los miro detenidamente, cubrió su boca con su mano y de manera inevitable comenzó a llorar. El lloro amargamente por una hora seguida,lloro hasta que sus ojos no podían seguir y su pecho le comenzó a doler demasiado. Al final los acaricio,le puso la correa y salio con ellos,no sin antes recorrer por ultima ocasión cada una de las habitaciones, una a una.
Volvió a cerrar con llave al portón de su casa.
Era una tarde fría y lluviosa del mes de julio de aquel año.Mientras el caminaba, tuvo la imperiosa necesidad de detenerse y voltear. Miro aquel paisaje, justo en medio de la calle, con el pavimento recién mojado.
Cuando sus labios se entre abrieron y a pesar de que sus piernas pesaban como unas rocas, finalmente pudo decir, adiós.
Sus padres habían muerto recién un mes atrás
domingo, 18 de julio de 2010
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