Ayer vi una pelicula que me reafirmó el concepto de la felicidad. La búsqueda de la felicidad nunca debería depositarse en alguien mas, lo cual no es egoísta, mas bien es ser responsable con uno mismo. Lo curioso es que casi nadie hace eso, todos buscamos la felicidad en alguien mas, quizás sea para poder experimentar momento a momento la perdida de algo tan valioso, quizás eso nos hace sentir vivos. Una batalla diaria, un estira y afloja, momentos dulces que hacen que deleguemos aun mas esa encomienda.
Uno encuentra a la persona indicada, normalmente sin buscarla, y entonces y sin saberlo, comienza ese deficit de autonomia para comenzar a ser co-dependiente, y nos gusta, y nos llena.
Es el amor entonces el momento donde uno renuncia a lo que uno es en el fondo, para comenzar a ver en los ojos de otra persona nuestro reflejo, nos valoramos y adquirimos trascendencia en ella o en el, y eso nos hace vivir.
La busqueda de la felicidad no debiera ser asi, y sin embargo lo es. No es un complemento de almas, es mas bien la conjuncion de dos heridas que en algún momento abrieron para nunca cerrar. Complementar dos almas solitarias para hacer una sola, que divaga y enmascara todo lo que se encuentra a su paso. El amar visto como una adicción, el ser amado visto como una necesidad.
Finalmente, sin amor no podriamos dar fe de que existimos porque en el momento en que todo termina, en ese momento, nos damos cuenta que nuestra felicidad se ha ido, nosotros mismo la hemos entregado, cual constante goteo de sangre, en una herida que no cerrara jamaz.